Ángeles y el difícil camino de “egresar” – La Voz
Por Mariana Otero
Existe un programa de acompañamiento hacia la vida autónoma para los jóvenes sin cuidados parentales, que deben abandonar las residencias. Un testimonio, en Córdoba, sobre ese desafío.
Antes de cumplir los 18, María de los Angeles Toledo sabía que quería “independizarse”, salir al mundo después de vivir, desde los 12, en hogares que alojan a niñas, niños y adolescentes separados de sus familias por estar en riesgo sus derechos o su integridad física y mental.
Hoy, dice que “el afuera” no es nada fácil, y que “desde dentro” de las instituciones muchas veces se ve la vida exterior como “color de rosa”.
Por ley, los chicos y chicas que viven en hogares y no pudieron ser adoptados o volver con sus familias de origen, deben abandonar las instituciones donde se han criado al cumplir los 18. Pero con el riesgo de quedar en la calle, sin trabajo, educación ni redes de contención.
Para acompañarlos en la transición a su vida adulta, en 2017, se sancionó la ley nacional 27.364, que creó el Programa de Acompañamiento al Egreso de Jóvenes Sin Cuidados Parentales (PAE), que se implementa desde la Secretaría Nacional de Niñez y Adolescencia (Senaf) y a la que adhieren todas las provincias.
El PAE busca garantizar un acompañamiento emocional a los chicos previo al egreso y una ayuda económica (hoy 21.300 pesos) para solventar sus gastos hasta los 21 años, o hasta los 25 si continúan estudios superiores o aprenden un oficio.
Un informe publicado este año por la Senaf y la organización civil Doncel revela que si bien su implementación fue creciendo aún no está garantizado el acceso universal.