El reclamo de los jóvenes sin cuidados parentales- La Nación

Se estima que en la Argentina más de 9000 chicos fueron separados de sus familias y viven en hogares. Al cumplir los 18 años deben dejar esas instituciones, con el riesgo de quedar en la calle, sin trabajo, educación ni redes de contención afectiva.

 

Hoy, se cumple el primer año desde la reglamentación de la ley 27.364, que creó el programa de egreso asistido para jóvenes sin cuidados parentales.

Impulsada por Doncel, Unicef y varias organizaciones y aprobada por unanimidad en ambas cámaras del Congreso, esta normativa brinda herramientas para la construcción de su independencia e incluye aspectos vinculados con la salud, la educación, el empleo y la vivienda, entre otros. Además, el derecho a un subsidio y la creación de comités de egreso.

Sin embargo, desde las organizaciones de la sociedad civil advierten que la situación de los adolescentes y jóvenes sin cuidados parentales sigue siendo crítica.

“Las acciones sobre cómo deben abordarse sus problemas no están aún claras para los Estados. La especificidad de quienes pasan tiempo separados de su medio familiar no empieza ni termina en el período que dura ese alojamiento en hogares convivenciales y otros dispositivos de cuidado alternativo. Existe un antes y un después que son parte del cuidado que merecen”, advierte Mariana Incarnato, directora ejecutiva de Doncel.

Para ella, la responsabilidad parental del Estado se debe entender como la de todos los actores involucrados directa o indirectamente para garantizar a cada niño, niña o adolescente el mejor cuidado por el menor tiempo posible.

“Estas dos premisas, calidad del cuidado y plazo, distan mucho de ser las adecuadas para nuestro país y la región. A diez años de las Directrices para el Cuidado Alternativo establecidas por las Naciones Unidas, que orientan sobre cómo debe trabajarse con quienes sufren la falta de cuidado familiar, seguimos alojando a niñas y niños en instituciones que no cumplen estándares de calidad y lo hacemos por tiempo indeterminado. A su vez, las políticas hacia las familias de origen o de acogimiento son mínimas”, subraya Incarnato.

 

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